Entre los términos que han surgido para dar nombre a las nuevas modas en el sexo y el amor, figura “situationship”, resultado de la unión de las palabras en inglés “situación” y “relación”.

Hace referencia a un estilo de vínculo ambiguo: personas que pasan tiempo juntas, comparten actividades, se gustan, tienen sexo… pero evitan ponerle una etiqueta, comprometerse formalmente, hablar de planes futuros.

¿Amantes? ¿Amigos con derechos? No exactamente: no se trata de una relación basada en el sexo, tampoco parte de una amistad como tal ni es algo de una noche. Hay intimidad y sentimientos de por medio, pero la prioridad es pasarla bien en el aquí y ahora, sin la intención de proyectar una pareja sólida. De esta manera, la relación se mantiene en una zona gris, indefinida, por tiempo indeterminado. Por ende, la exclusividad tampoco está asegurada.

Amor líquido

Algunos sostienen que este tipo de vínculos han proliferado en los últimos años por diversos motivos: un mayor estrés vital que lleva a las personas a rehuir sumar responsabilidades a su vida, el establecimiento de otro tipo de prioridades (como el desarrollo profesional o el cumplimiento de obligaciones económicas), el condicionamiento que ciertos asuntos globales ejercen en las nuevas generaciones (crisis climática y humanitaria, conflictos bélicos, entre otras) y, por supuesto, la idea de que “puede haber algo mejor para mí” (lo que genera una suerte de fobia al compromiso).

Hay quienes plantean que no es sino una expresión más de la “modernidad líquida” señalada por Zygmunt Bauman: produce estas relaciones “líquidas”… inciertas, fluidas, volátiles.

El problema con este tipo de conexiones es que pueden resultar confusas para una o ambas partes, quedando opacados sus aspectos positivos por el malestar emocional que provoca la incertidumbre. Algo que, como es sabido, nos resulta difícil de tolerar como forma de vida.

Mi perfil

Muchas de estas relaciones surgen en las apps de citas, espacio por lo general enfocado en el momento presente, sin tanto interés en hacer proyecciones a largo plazo.

Tal es así que, hace un par de años, Tinder registró un incremento de cerca del 50% entre los usuarios (y usuarias) que añadieron este “condición” a sus perfiles. Al respecto, Melissa Hobley, directora de Marketing de la empresa, sostuvo que “los solteros prefieren establecer ciertos acuerdos con las personas con las que tienen citas, lo que les permite tener más libertad para disfrutar de más experiencias”.